viernes, 22 de marzo de 2013

TransitANDO a la Santa Sede. Vaticano.


A propósito de toda la atención centrada en el Vaticano en estas últimas semanas se me ha hecho fácil recordar mi paseo a este diminuto país. 


Al estar en Roma, es un compromiso adquirido aquello de pasar por la Piazza San Pietro indistintamente de cuan lejos o cerca estés de la religión católica. Sin embargo, llegar a esta famosísima plaza implica una serie de actividades que van mas allá de visitar un plaza cualquiera… claro que puedes limitarte a verla y ya, pero el valor de llegar ahí es conocer parte de las maravillas que para exhibición tiene el vatican.

Es bien sabido que el Vaticano es identificado como el Estado Independiente más pequeño del mundo pero verdaderamente no es esto lo que lo hace especial, pues no se nota la diferencia al pasar de Roma al Vaticano; siendo prácticos, no es más que un espacio especial de la capital italiana.

Hoy día, con tanta información al alcance de un clic, se hace sumamente fácil tener una idea clara de lo que encontrarás en tu próximo paseo, es así como mi mente recreó la futura experiencia de llegarle a la Plaza San Pedro a través de la Via della Conciliazione admirando de esta forma y desde lo lejos la imponente Basílica de San Pedro (tal y como se ve en las postales), no obstante, y a pesar de que quizás pudiera haberme quedado claro en alguna de mis investigaciones, los accesos mas recomendados al vaticano se hacen por puntos que distan totalmente de la reconocida vía, lo que quiere decir que en este primer sentido el impacto y la impresión no hicieron match con mi anhelo subconsciente. En este punto debo aclarar que fui dos veces al Vaticano (aunque en un mismo día) y la primera ida la hice en bus, utilizando la ruta 64 del transporte público, en este caso la parada mas cercana está ubicada al sur, justo después de un túnel, en la Via di Porta Cavallegeri, llegando por acá se ingresa a la Plaza San Pedro por su lateral izquierdo, justo por debajo de las grandes columnas del cuadripórtico, en este caso la impresión se crea de golpe pues de un momento a otro ya estás en la propia plaza, sin embargo, en este punto y por un tema de ángulos la Basílica no se aprecia completamente, claro que te impresiona una vez que te mueves para observarla desde su frente, pero no era así que me lo había imaginado. Rato mas tarde regresé a la ciudad más rica del mundo, esta vez lo hice a través del subterráneo, por la estación Ottaviano al norte del destino, el ingreso al lugar se hace esperar pues desde la estación se deben recorrer unas 6 cuadras aproximadamente en dirección sur, el ingreso se hace de la misma forma, es decir, por debajo de las columnas, esta vez en el extremo opuesto.

En mi opinión, la Plaza de San Pedro es majestuosa por sus dimensiones mas que por la belleza de su fachada, me explico, si bien es cierto sus numerosas columnas le dan un carácter imponente, no es menos cierto, que las estatuas que las coronan, lo mismo que su obelisco central y el resto de los ornamentos que ahí se encuentran no dicen mas que las cientos de figuras y fachadas decoradas a lo largo y ancho de Roma. Claro que esto tiene un por qué, sin embargo, mas que un juicio lo que intento es hacer una descripción del lugar. Volviendo entonces a su majestuosidad, debo decir que resulta impactante todo en conjunto: el inmenso espacio, la catajarra de columnas y sobretodo, los cientos de visitantes nutriendo las colas más magníficamente largas que he conocido en mi vida.

Ir al Vaticano, sugiere principalmente realizar una visita a la Basílica de San Pedro, y como segundo atractivo más importante, realizar la visita al Museo del Vaticano; algunos amigos con los que he conversado antes, que incluso han ido, han estado confundidos al respecto de esto, es importante aclarar que no son la misma cosa, son actividades que se realizan de forma independiente y sobretodo, muy importante aclarar, son dos colas que se hacen por separado. Y créanme, que este dato es de mucho valor. Amplío un poco la información, a la Basílica se ingresa de forma gratuita, la cola es sustanciosamente larga, pero se mueve un tanto rápido (15 a 20 mín aprox), el motivo de la misma, son los puntos de control en los que con detectores de metales y guardias malencarados, tendrás que demostrar que tu no andas armado ni nada por el estilo. La cola en su momento más critico adquiere una forma espiral y la encontrarás en la periferia de la plaza, expertos viajeros de este destino identifican la mañana como las horas de mayor congestión para realizar esta cola. Básicamente se debe a que es el horario en que visitantes de cruceros, visitas guiadas y planes vacaciones asisten al lugar.

Otra cosa, y definitivamente otra cola, es la del museo; edificio al cual se ingresa a unas 9 cuadras de distancia con relación a la plaza en la frontera norte del estado, debo decirles que la cola recorre quizás 7 u 8 de estas 9 cuadras, al menos así fue en mi experiencia; es una cola gruesa, en la que podrías conseguir unas 10 personas por cada metro, dicho esto espero puedan sacar la cuenta del volumen de gente que asiste al lugar; al igual que la anterior y por los mismos motivos, se congestiona más por la mañana, sin embargo, y como dicen por ahí, o corres o te encaramas pues la última hora de acceso es 4pm. (ahora en 2013 y en temporadas especificas del año habilitarán un horario nocturno) La entrada al museo tiene un valor de 16 € que podrían convertirse en mas, ya te digo por qué. Si te decides por esta actividad debes saber, por más que parezca una cantaleta de este blog, que te resultará imprescindible planificarte. En mi caso, estuve a nada de irme de Roma sin conocer este lugar pues empecé haciendo la cola sin conocer su extensión, una vez que dejé a mi esposa cuidando el puesto y caminé y caminé para comprobar su longitud perdí totalmente las ganas de entrar al museo, por no ser mas gráfico con respecto a lo que realmente sentí; después de muchas anécdotas terminamos comprando unos tickets VIP (para saltar todo tipo de cola), pues era la única forma de que el tiempo dedicado al museo fuese en su mayoría dentro de las galerías y no afuera en la cola, sobretodo porque era medio día y tampoco habíamos entrado a la basílica; nos costó una muy buena cantidad de euros que créanme nos dolieron mucho, sobretodo porque indistintamente de su costo, debes igualmente esperar tu horario de ingreso (los venden en Agencias de Viaje asociadas al Museo por horarios, con salidas de 30 mín entre cada grupo) y para colmo de males, a pesar de su elevado precio, igual debes hacer una cola: la cola VIP jajaja, en este punto de la aventura resulta importantísimo reír a pesar de que te sientas estafado, al fin y al cabo ya tu tarjeta de crédito pasó. En la cola VIP estuvimos cerca de unos 40 minutos antes de que finalmente pudiéramos pasar los puntos de control. (por un ejercicio de referencia que hicimos de la cola normal, estimamos que la gente pudo haber demorado aquel día unas 6 horas para recorrerla).


El museo del Vaticano reúne todas las fortunas de las que tanto habrás oído hablar y más. No hay espacio ahí dentro para ubicar tantísimas obras de arte; de mis experiencias, es el museo con menos espacios libres que yo conozca, en algunos salones incluso resulta imposible apreciar todo lo que hay. Recorrer este museo da la sensación de que se está en un río, en este caso humano, tu ritmo de paso es el de la marejada de visitantes (seguro no será así todo el año). El día que visité este lugar resultaba casi imposible detenerse a apreciar una obra gracias al montón de personas recorriendo los salones, las paradas que hacía significaban algún tropezón, supongo que por la hora (después de las 14pm)  la gente estaba ansiosa de poder terminar el museo antes de su cierre (18pm). Mucho podría reseñar de esta visita pero extenderíamos aún más estas líneas. Lo que más capturó mi atención, entre tantas obras singulares, fue el Salón de los Mapas, me gustó mucho, sin duda magnifico. 



Al comprar el boleto te aclaran que el costo del valor incluye la Capilla Sixtina, supongo que lo dice para los que creen que pueden comprar un ticket para dirigirse tan solo a este salón, y claro que lo incluye porque este museo tiene un circuito de recorrido perfectamente diseñado para pasar de un salón a otro sin dejar nada atrás, anunciando cada tantos metros que vas en dirección a la famosa Capilla Sextina y hasta que no hayas salido de este último y muy concurrido salón no te habrás liberado de dicho circuito. La Bóveda de esta Capilla se roba la mayor atención de todo el museo, ya que allí esta plasmada, hacia el centro, la bien conocida obra de Miguel Ángel (La creación de Adán) apreciarla en vivo es uno de esos momentos que justifican cada esfuerzo que se hace para ser turista. La sala es sumamente grande lo que permite que quepa mucha gente, no obstante, aquí se encuentran numerosos guardias que en alta voz piden a los visitantes que circulen hacia la salida a la vez que prohíben que se tomen fotos en el lugar, entonces, lograr una buena foto se hace un reto mayor, debes lograr capturar la imagen de forma rápida, escondido, a la vez que te mueves (te diriges a la salida), nojoda! Ya sabrán como salieron mis fotos. Ah y para remate, es una de las salas mas oscuras del museo.


 Otras cosas que bien vale comentar sobre este museo es que resulta una tradición de los visitantes enviar postales desde ahí dentro, pues el vaticano se jacta de tener su propio servicio postal (distinto al de Roma); por unos pocos euros puedes comprar una estampilla y depositar tu mensaje. Así mismo, y al igual que en todos las grandes atracciones turísticas del mundo y con mas razón aquí, a lo largo del museo también conseguirás las típicas tiendas de souvenir a precios Vaticano.

Antes de dejar esta parte del tema, y retomando mi recomendación de que se planifiquen antes de ir, les cuento que aparte de aquellas dos colas que hice, la normal de 9 cuadras, que al poco rato abandoné y la VIP de 40 minutos, está la cola de reservaciones por Internet, la cual estaba totalmente vacía aquel día, sin duda la mejor forma de ir. Solo debes saber que el ticket lo debes reservar con fecha y hora de asistencia al museo, es decir, que tienes planificarte bien, que debes comprarlo con 60 días de anticipación a tu visita (ojalá yo hubiese conocido este dato a tiempo) y que pagarás una recarga de 4 euros por ticket, lo que suma 20 € en total, incremento que resulta irrisorio comparado con los costos de los tickets VIP.

Ahora si déjenme hablarles de lo mejor del vaticano: La Basílica de San Pedro, que lugar tan hermoso, al igual que la plaza, es majestuoso por su tamaño, es tan grande que de primer momento no logras entender cuantas naves tiene. Sin embargo, muy distante de lo que fue mi impresión en cuanto a los ornamentos de la plaza, todo dentro de la basílica es absolutamente especial. De primer momento encuentras que Miguel Ángel vuelve a robarse la atención de todos con su obra la Piedad, (protegida de los turistas y sus cámaras fotográficas detrás de unas defensas y un cristal) pero si crees que esto puede ser bonito solo tienes que seguir recorriéndola, el Baldaquino de San Pedro sin duda atraerá tu atención y el presbiterio no hará menos. La posibilidad de estar tan cerca de cada estatua les da un valor agregado, aprecias mucho mejor los detalles, sientes la intención del escultor, quizás hasta descubras que viven aunque están inmóviles, de verdad puedes interpretar hasta la expresión de sus miradas, vaya que es especial este templo. Acá los pisos, las puertas, las paredes, el techo, oh… todo es especial!
 

La iglesia cierra a las 6pm (7pm en invierno) y una vez cerrada te echan del lugar, es decir, a las 18:00, cierran las puertas y queda vacío el recinto. Antes de eso, puedes recibir los servicios como en cualquier iglesia: confesionarios, bendiciones, etc. Para quienes tienen afinidad con las tradiciones de la iglesia les recomiendo que visiten la página para conocer los horarios de las misas. Los miércoles son las audiencias públicas (en la plaza o dentro de la basílica según la estación del año), éstas son gratis pero debes haber retirado entre lunes y martes el ticket que te permitirá tener un puesto; en la red conseguirás más información al respecto.

Otras atracciones de este destino, son la subida a la Cúpula de la Basílica (7€), los paseos por los Jardines del Vaticano (31€), los paseos a la tumba de San Pedro (subterráneo de la basílica - 10€), ingreso a la biblioteca, etc; para todos estos debes reservar con anticipación y revisar las recomendaciones asociadas.

El día que decidas ir a esta zona de Roma, no olvides ir apropiadamente vestido ya que existe prohibición de ingreso para quienes no cumplan con las normas de vestimenta.

Bien sea por tu afinidad católica o tus intereses turísticos, la visita al Vaticano es un lugar recomendado para quienes andan por esta zona del mundo, solo que debes recordar que son miles de personas las que acuden cada día a esta ciudad y por consiguiente improvisar se hace imposible si tu objetivo es aprovechar verdaderamente el tiempo. Al final conseguirás varios links de interés. 

Nota. Al menos a la salida, logré la impresión que esperaba tener a la llegada, aqui mi foto!


http://www.atac.roma.it/page.asp?p=18 Rutas Transporte Público..

Precios de referencia en este artículo de Marzo 2013.

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